No sabes lo húmedo que ha llegado este invierno.
Todo parece estar al mismo tiempo vivo y muerto.
Cuando el aire de casa se va vaciando de tarde,
abro la ventana. Apenas puedo ver un recorte de cielo
y el murmullo ileso de una luna fija, tras un retamal de antenas.
No se por qué geometral misterio me he acordado de ti
de cómo las estrellas giraban
luna de semillas rodeada. De saber al tacto
que no es injusta la vida por estar condenada
a cambiarnos lentamente
cuando lo evidente es el viento
y está en las ramas desnudas su fe, de madera limpia.
Se hace menos gris la luz de esta tarde
pensando en aquel otoño verde por lluvias.
Luego no traían más que barro,
neblina densa y puntiaguda suspendida en vilo.
Del río Sil a los torreones templarios
ascendía un sudario en vaharadas,
desvaneciendo las albardillas del puente.
Piel de piedra que atravesaba sus lindes de último desvelo
en el lento deleite de caer después, del mismo agua,
bajo el mismo puente, como abanico deshaciéndose
en la carne retinta de los árboles.
Y todo es andar y andar…
Vadear aires en copo con sus aguijones de frío
mas en este misterioso oído mío, lo evidente es el viento
y está en las ramas… andar
y andar las miradas que en los otros nos atan a la vida,
andar hundiéndose en la pisada; y saber que no habrá huella,
que los pasos apenas romperán lo blanco.
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Entiendo yo que los paisajes pertenecidos al alma, no deberían tener dueño... ni bandera. Buscando una imagen para el poema de hoy, descubrí dos fotogramas en el vídeo que se corresponden instante geográfico del poema. Espero que no os sea muy difícil imaginarlos. Caminos de precaria vereda, Huertas del Sacramento... Pienso que así llamadas porque sacramentaban paisaje y tierra fértil en ambos márgenes del río para dar los mejores pimientos del Bierzo.
Sentios como en casa, en la mágica placidez que emanan sus paisajes. A veces pienso que de haber podido, me hubiera gustado pasar mi vida andándolos.
2 comentarios:
No sabes...; por eso te cuento. Para recordar. Aquella tierra, vida mía. Sueña mi palabra, pasea la memoria, el alma se serena...
Terminado el recorrido, los pies están cansados pero el espíritu está ligero y libre.
:-) Reconocí algunos de los lugares en donde estuvimos en una de las excursiones de las que hicimos en mi autobús. Sigo pensando que es un bello lugar.
Buen fin de semana.
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