viernes, 18 de junio de 2010

CHEMA MADOZ



Cuando las puertas se van cerrando
parecen más altas las ventanas
orientadas al muro y su ceguera.
Pero has de mostrarte más alegre de lo habitual.

O quizá quieras ser más alta
y debas salir de compras:
algo de botox, algún retoque
integral o por parroquias,
varios kilos de aleluyas prematuras
y una caja de palabras felices
alentadoras, dichas como a grititos
para eliminar patas de gallo.

Nubes en el horizonte
tertulias de salón
clases de baile
o almuerzos largos pero sin vino.
Luego hay que prestar atención
a la poética de un Prometeo
que acabó en Narciso
y porque vive de hacer poéticas,
como otros escriben manuales de autoayuda,
no serás tú quien insinúe
un escaparate lleno de polvo
y cadáveres de mosca.
Nunca se sabe. A él le interesa
vivamente, tu opinión.

O tal vez
te hubiera gustado volver a nacer:
sin saber nada, cometer errores
otros o los mismos y escribir poemas
también otros o los mismos
llegar tarde , quedarte sin mesa…
como si la edad de tu sombra
fuera lo más cercano a un reloj
servido en una copa medio llena.