jueves, 21 de mayo de 2009

Emsambladura




Sospecho que no estoy hecha para la intemperie.
Ni siquiera el leve murmullo de la lluvia
da la razón al tacto. Nunca sé muy bien
en que inocencia o en que piedra me tropiezan las manos.
Amo la honesta luz, que a tientas
se ofrece a quien madruga.

Confieso mi fragilidad
lo transparente que puede
resultarme el vértigo de la vida
y esa necesidad que tenemos
de llamarnos hombre o mujer
y esparcir nuestra esencia
como un ruido que recorre en silencio
las dimensiones de un cuerpo
que acaba de notar la soledad.

Como en un sueño, recuerdo

Recuerdo haber estado…
(loca)
Amar la desesperación del otro lado de la puerta
hacerme llamar tierra,
fingir que me apellido mar.

Recuerdo una eternidad de instantes
despojada de relojes,
de color de piel desvanecida
en esa pose de mujer robada,
serpiente marina deshabitada
que saluda al sol
- y como nada -
ver pasar los siglos sobre esa media altura
del suelo
en la que florecen las sombras amargas.


el ritmo giratorio del tiempo...
Un mundo que gira
dentro de otro, y a la espera.
Mundo anhelante, rumor
de alfabetos que equilibra el asombro.
Antes,temer la luz,
después,el miedo a tanta claridad.
Y siempre la necesidad
de encontrarnos en un punto de afinación
esa vieja melancolía de los locos.

domingo, 17 de mayo de 2009

"No hay preguntas más apremiantes que las preguntas ingenuas."
Wislowa Szymborska

¿Estáis ahí los cuatro?




Para cuatro personas


Escribía, dijo
Maestro Ezra Pound, poeta,
para cuatro personas;
for four people,
afirmó exactamente,
y que lo sentía por el mundo,
que no las conocía. Pero cuatro
personas son una multitud,
es obvio.No podría
yo escribir para tantos, y tampoco
conoce a mi gente el mundo
O poor world, I am sorry!


José Jiménez Lozano
(de Elegías menores)



Si te apetece escuchar... "Don't Wait Too Long" de Madelaine Peyroux pincha aquí





lunes, 11 de mayo de 2009




















Alexey Savrasov
"The rooks have come"(1871)


La claridad se corona de ceniza, lo sé:
siempre llevo temblando el sol a la boca.
(Eugenio de Andrade )





Tampoco Abril cauterizó el invierno.
Las mañanas frías, gris
la piel del cielo y entre las nubes,
arúspices aves traen el enigma en su pico.

Han vuelto en bandadas, al encuentro
de los últimos cristales, ruido
de alas de obsidiana en el cielo y en lo azul.

Arrulla el viento rincones de tibia entraña.
Perdió el abedul sus hojas sin quejarse
en su dormida calma, prisionera y libre
de humanas primaveras titila plata de velludas ramas.
¿Por quién sentir de pie?

Dolorosa es la primavera,
Ramales en cruz desnuda
al relente esperan el abrazo de estos extranjeros
tenaces y ateos, nimbadores de nidos
De nuevo el génesis, de nuevo el parto
creer con la fe hecha polvo, en un cielo
en la construcción de un nido.

¿Por quién, tan dulce y dolorosa por momentos,
la piel esconde celosa hasta la noche
su brasa última ?
La soledad venerable del río
aguarda los remansos, el fluir despacio
tan despacio
que la vida nos parece casi eterna.



viernes, 8 de mayo de 2009

"El arte no es la menos misteriosa de las pasiones de los hombres"







Tabla central de "El jardín de las delicias" de "El Bosco"





Cortada lombarda cerebro sugerente
Repollo árbol milenario
Selva de brócoli
Puños en flor de ajo blanco
Coliflor bola de nieve
Cebolla en grano alevín
o en grandes copos de llorona
Prado vivo de las judías
Tomates al billar montañés
Patatas según las formó Dios
Pimientos escurriendo verde
o transidos de fenomenal vergüenza
Pletóricas berenjenas apaciguadas
Alevosas alcachofas explosivas
Batatas retorcido pensar
Pepinos y calabacines espiándose
de reojo
Chata calabaza cabeza cuadrada
oronda y perfecta por más señas
Zanahorias que a penas llegan a ser
la nariz de un cuentista
despropósito

más demonios que denominación de origen
el precio o la voz de temporada
aunque Jerónimo dice que allá en la catedral
aprendió a cristalizar cada rayo de luz
y depurar toda delicia de jardín y toda ambrosía
que provienen del fuego y van al fuego
eternamente al parecer de los sabios de su tiempo

también por detrás de las tablas, no vayan a creer
que algo se deja al libre albedrío del hambriento
o del empresario que iguala el negocio
sin cuenta del color del dinero, no,

Jerónimo sabe de vidrio y alquimia
su óleo le hace trazo rápido a la vista
y santos anticristos y astros brujos
rompen aguas en el supermercado
cada vez que las monedas se despeñan

el pecado es subversivo está bajo vigilancia
la luz directa intensa todo lo expone
libremente alla prima cual su creyente
confeso pincel del maestro, nada de retoques
los únicos locos son los que no pintan


Si te acercas
por allí, en la tarde de un día cualquiera,
si te acercas al puesto de verdura con hambre
desde el lugar del que pensabas venir
después de conversar con las máquinas,
por la calle habitual que no se da cuenta,
si te acercas por allí sin ruido y observas
le verás dibujando tentaciones a plena luz
horrores de inteligencia insólita a plena luz
placeres que abonaron crueldades a plena luz
fluorescente

su rostro ha envejecido mucho
siempre frente a las mismas manos que toman
los mismos frutos mas ahora enfundadas en plástico
de mala calidad rápidamente deshechado
-nueva y moderna forma de lavar la culpa, piensa
debe ser, y la pinta-


Entonces tal vez de natura, de química
breves lecciones entiendas, muy elementales
al movimiento de su habilidad;
y unos seres fantásticos, por nada
te lleves para sembrar de gárgolas
el claustro de tu angustia:

lisa y violeta superficie que todo lo rebate
rizo rizado en sí al compás del laberinto
imposible camino de asenderar preguntas
sinsentidas pirámides de respuestas ausentes-

tonalidad y forma.

Y aunque no puedas creer en él
ni en su cansada y prosaica alegoría
creerás en la pintura.



ANTONIO MENGS


martes, 5 de mayo de 2009


Adminículos en caso de ceguera


















Alguien me dijo una vez que la importancia de una ventana no la establece el material en el que ésta se construye sino el alma


aquello que ella manifiesta: una hechura única, que por afinidad invita a unos u otros miradores.

En lo demás, tiene presencia al contemplar el paisaje desde el interior…


Pero una vez cesa la lluvia, detiene la brisa las caricias de las cortinas en los cristales; la pupila, dirigida a lo lejos ajusta la luz


y el ventanal que siempre está ahí deja ya de ser lo importante.