miércoles, 24 de junio de 2009

Indolencia



Como si quisiera hacer al tiempo más condescendiente
la pared sigue ahí
quieta, enfrentándose a mí
condenada y recelosa.

Si fue todo hasta aquí tan blanco
podría ser peor siendo gris como la niebla.

Y yo no quiero amar una pared.

No quiero amar
a quien me trata siempre
como a una intrusa.



domingo, 21 de junio de 2009

Apuntes sobre cabuyería

Hay sonidos que se hechizan a si mismos

Escucha:

Onudonudonud…


Palabras que tienen el poder arcano
de poner a dormir o despertar,
de hacer o deshacer
de invertir la corriente de las aguas
de construir océanos para nuestros nudos.

Nudos de agua
Medio nudo de sangre
Nudo de mariposa
Nudos que nadan
Estrellas como nudos
Nudos de carne y hueso
Nudos nacidos entre dos manos
Nudos de sondaleza
Marineros nudos

A veces me sorprende la actitud velada
de los nudos
ni por solemnes, ni por suicidas,
ni por huérfanos,
ni por lucero que aferra
lo absoluto
sino por semillas del viento.

Ata para que se suelte y suelta para que se ate

Hay nudos que no dicen nada
y nudos que todo lo dicen

Nudos que casi
no son nudos
Y que son azules
des-nudos.

viernes, 12 de junio de 2009




Para que la tristeza no te cubra, ahuyentaré la niebla con mis manos de papel. No voy a poder, lo se, pero ellas quedarán grabadas, inquebrantable y azul mi aliento en su pulpa de grisalla. Para que la extrañeza de los días no te envuelva.

Para que la incertidumbre no alargue sus tentáculos opacos, encenderé una lámpara en el umbral ubicuo por donde sueles pasar algunos días. Quizá la apagarán los vientos y las sombras pero algo de resplandor queda pegado en el alma y pervive en el sueño el tenue resplandor de amanecida.

Para que la conspiración del desaliento no vacíe tus horas, buscaré tu mano y el abrazo. Como espantapájaros del miedo o como tres compases de pájaro sólo, lo mismo daría…si bastara si aleja el silencioso alboroto de alas cercenadas…. Ahora que tú estás abatida y yo sin nombres para nada, tratando de pintar el caracol de las ausencias recitaré el conjuro que aprendí de la terca media luz que llega a todas partes y no se duerme en el aire como el rito clandestino sino que es canto cuando todos los gestos parecen secas esperanzas alternativas y también es brisa que trepa la lluvia y sin palabras susurra que vivir empieza siempre ahora.

Para que la fatiga no te aturda escucharé la música que hay cerca de mí y que no he escuchado aún, pese a que algo me dice que sólo ella puede crear una complicidad indestructible entre los seres. Tal vez así sea la solidez del sentimiento, aunque no recuerdo el lugar de los ángeles, su mínima presencia de nube es la prueba…el aire que se descalza en los pájaros...
Para que tú no desesperes.