miércoles, 13 de octubre de 2010

"Uno debe imaginar dichoso a Sísifo" (Albert Camus)

"El descanso de Sísifo"
Emilio Velilla (2003)







"Si seguimos subiendo la piedra con esa actitud juvenil que la sociedad espera de nosotros y premia, quizá nos preguntemos si esto es todo lo que la vida nos ofrece. A medida que nos vamos cansando con más facilidad, podemos preguntarnos con desesperación si éste es realmente el significado de la vida, si esto es todo lo que hay. [...]

Sísifo tenía que subir su pedrusco. Pero nosotros, los humanos, incluso aquellos que somos seguidores de Sísifo, podemos decidir si queremos seguir empujando el pedrusco o no. Porque podría ser el momento de abandonar la piedra cerca de la cima, de renunciar a la experiencia del esfuerzo heroico que hemos hecho a diario, para tomarnos un respiro y permitir que cobren vida otros aspectos de nuestro ser.
E incluso si decidimos seguir subiendo la piedra, tenemos la opción de hacerlo con una actitud diferente. En lugar de esforzarnos compulsivamente para conseguir alcanzar un objetivo único, podríamos elegir cuándo, al servicio de qué idea, y con qué actitud queremos empujar cada piedra que nos encontremos.

Puede que sea el momento de soltar la piedra para siempre y hacer algo diferente, algo que tenga sentido para nosotros en lo que nos quede de vida. Las dos son elecciones difíciles."

(Verena Kast)

3 comentarios:

Turulato dijo...

Pero ambas elecciones solo necesitan ponderar un elemento para decidir: Hasta que punto nos acobarda asumir lo que queremos que sea nuestra existencia.
La mayoría no se atreven a asumir su individualidad y siguen obedientes al rebaño. Pacen frustración.

Unknown dijo...

No podemos renunciar a nuestra piedra, o sea, a nuestra vida. No nos está permitido parar, pues esa pausa ya no tiene retorno. Es el precio que pagamos los mortales, Sísifo, por habr pretendido igualarnos a los dioses. Nuestro ritmo de subir y bajar esforzados, sabiendo que una vez arriba estamos condenados a bajar, es solo una imitación de la música eterna de los dioses inmortales. Siempre podemos arrojar la piedra por el precipicio, renunciar a la vida. Pero entonces ya dejaremos de ser Sísifo, seres humanos que transitan por la vida.
Por eso entiendo lo que dice Camus: podemos estar agradecidos a nuestra piedra; en realidad es todo lo que tenemos.

Leodegundia dijo...

Si ese pedrusco es la vida creo que no nos podemos deshacer de él sin más, lo que si podemos es decidir libremente como queremos subirlo, a que ritmo, con que idea, todo ello sin seguir las pautas que dicten los demás pues es lo que nos diferencia a unos de otros y lo que nos lleva a ser libres, no renunciar al pedrusco pero si poder decidir como queremos llevarlo.