lunes, 14 de diciembre de 2009

Para saber de mí



Si queréis saber de mis poemas
buscad en cualquier índice,
el libro es lo de menos:

apuntes sobre frutales
como hacer un reloj de sol…

alguno habrá que por sus rarezas
abriera en dos el silencio
aunque es mejor no saberlo.

Si lo que queréis es saber
de mi alma,
buscadme en el fondo
de un tazón de chocolate caliente
los domingos de invierno.

Si lo que queréis es conocerme,
ahorraros el esfuerzo
no merece la pena
ni yo misma me conozco.

Pero si alguna vez me pierdo
por vieja, por chocha
o porque me puede la lluvia


buscadme a la sombra de un castaño,
un castaño envuelto en jirones de niebla
con su mantillo dorado a los pies
y en la brisa un rumor otoñal
de sangradura bermeja.



1 comentario:

Turulato dijo...

Hay una leyenda en el norte de Europa que dice que los seres que habitan el bosque no desaparecen, sino que entregan su espíritu depositándolo en un árbol. Quizá un castaño..

Que cuando la brisa agite sus hojas temblorosas, susurre palabras que llegan al corazón.