…Un solo momento que parece esparcirse en el tiempo. Como el mar de Valéry, que siempre recomienza, nunca se repite, recomienza.
La mer, la mer toujour recommencée!
O récompense après une pensée
Qu’un long regard sur le calme des dieux!
Era muy temprano cuando me tropecé con esta palabra sonora y vibrante.
Me gustó su mínima presencia, parpadeaba con un ritmo solitario y secreto. Curioseaba yo en las atmósferas de Turner, la luz de sus cuadros y la proximidad al vacío. Éste es el ruido que hace el tiempo-pensé- el sonido que roza el fondo silencioso.
Privilegiados lugares de luz son las palabras de María Zambrano con las que el autor del montaje acompaña a la música, siguiendo su rastro de claro en claro…