domingo, 12 de julio de 2009





Dicen de los poetas que aún pueden hacer ciertos milagros,
aliviar en sus vértebras el cansancio de los otros
encender la alegría en los jirones de un viento desazulado.

No es asunto de magia ni de alquimia, dicen
soltar una cometa más libre
más suelta que la vida
aunque se pierda la palabra escondida
y su ausencia haga añicos los cristales del mundo.

Dicen que frotando las palabras en un papel siempre sucede algo.
Un minúsculo espasmo
y el silencio se desgaja en dos mitades,
late una constelación
voraz de manos, de voces, de música...

Será por eso que hoy, poeta por un día,
suplente en los trajines del milagro
comprendo por qué nunca he vivido
más que en los rigores de la ignorancia
desde que mis dedos se extraviaron
en la loca persecución de unos versos
que nunca supieron dónde pierde el grito
su signo de herida transparencia.

2 comentarios:

Turulato dijo...

¡Claro que pueden hacer milagros los poetas!. Saben cual es la llave de los sueños: el sentimiento.
Y la pintan con palabras, mojando la pluma antes en su corazón, donde guardaron la lluvia de la vida

Trini dijo...

Quizás no sepa el poeta donde se pierde ese grito, pero sí sabe de donde surge, aunque a eso no pueda ponerle nombre.

Me maravillan tus poemas

Besos y milagros