Hay atajos y montes
que en la noche
se hospedan.
Y vientos sin frontera
que mueven ramajes
de piedad y olvido.
A veces hay silencios tajantes
inesperados
palabras silvestres
de emprendida huida.
Urge llegar.
Llegar antes de que el corazón
caiga
bajo la escarcha.
que en la noche
se hospedan.
Y vientos sin frontera
que mueven ramajes
de piedad y olvido.
A veces hay silencios tajantes
inesperados
palabras silvestres
de emprendida huida.
Urge llegar.
Llegar antes de que el corazón
caiga
bajo la escarcha.
1 comentario:
Cuando pisas la escarcha, aunque seas ciego, oyes como quiebra. Su sonido roto acompaña tus pasos, recordándote a cada instante que ya es tarde. Y como todo compañero de viaje solitario, haciéndose sentir.
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