jueves, 21 de mayo de 2009

Emsambladura




Sospecho que no estoy hecha para la intemperie.
Ni siquiera el leve murmullo de la lluvia
da la razón al tacto. Nunca sé muy bien
en que inocencia o en que piedra me tropiezan las manos.
Amo la honesta luz, que a tientas
se ofrece a quien madruga.

Confieso mi fragilidad
lo transparente que puede
resultarme el vértigo de la vida
y esa necesidad que tenemos
de llamarnos hombre o mujer
y esparcir nuestra esencia
como un ruido que recorre en silencio
las dimensiones de un cuerpo
que acaba de notar la soledad.

Como en un sueño, recuerdo

Recuerdo haber estado…
(loca)
Amar la desesperación del otro lado de la puerta
hacerme llamar tierra,
fingir que me apellido mar.

Recuerdo una eternidad de instantes
despojada de relojes,
de color de piel desvanecida
en esa pose de mujer robada,
serpiente marina deshabitada
que saluda al sol
- y como nada -
ver pasar los siglos sobre esa media altura
del suelo
en la que florecen las sombras amargas.


el ritmo giratorio del tiempo...
Un mundo que gira
dentro de otro, y a la espera.
Mundo anhelante, rumor
de alfabetos que equilibra el asombro.
Antes,temer la luz,
después,el miedo a tanta claridad.
Y siempre la necesidad
de encontrarnos en un punto de afinación
esa vieja melancolía de los locos.

4 comentarios:

Trini Reina dijo...

Me quedo sin palabras ante la profundidad y belleza de tus poemas. Y, cómo no, ante su calidad.

Besos

Trini dijo...

Marián, me encantó tu poema con "tes". Gracias y besos

Unknown dijo...

La luz que tememos y luego anhelamos, cuando la herrumbre se esparce a sus anchas, apenas rozada por el mar en tonalidades de sepia y de rojo oscuro.

Ahoga el viento el murmullo de mi respiración.

Turulato dijo...

¿Quién eres, quién soy, quienes somos..?. Hay veces que se abre algún claro en nuestras nubes y atisbamos algo de nosotros; nos vemos, aunque no comprendamos.
El tiempo pasa.. Nos va venciendo. A nuestro alrededor, minúsculos momentos, espejitos incompletos, sueños rotos..
En realidad, vivimos siguiendo una melodía que no escuchamos más que como un murmullo lejano. Y nuestra vida la da cuerpo, volumen, tono, calor, .. Nosotros somos quien afinamos el piano..