miércoles, 15 de octubre de 2008

VIVIR,SENTIR... SOBREVIVIR, SOBRESENTIR







¿Que qué me ronda?

Me ronda el fracaso,
la conmovedora conciencia
de estar viva, muriendo a la vez.

Me ronda el estrepitoso ruido de los días,
demencia agraz que combina
su envoltura intoxicada y su bajeza.

Me rondan grandes simplicidades confrontadas,
la suerte de su alivio
su cifrada semejanza al corazón en la mano,
al desorden redimido.

Me ronda el hilo elemental
en los infinitos dedos de los sauces
recamando vaivenes de cabo suelto.


¿Que qué me duele?


Me duele el tiempo,
tejer contra él una dermis
tintada de olvido,
ramas lañadas abitar
y con ellas, trenzar el nido
de las horas fallidas.

Me duele el dolor,
la carcoma complaciente,
el sonido del pánico,
el instante del destierro…
su golpe seco de tijeras en la rueca.

¿Que qué me falta?


Me falta con qué imaginar mañanas,
quien me escriba en el correo
el simulacro de una flor empurpurada
que asoma canto de húmeda penumbra
al filo de la luz
fundida sueños.

Me falta el fuego de los fuegos
la esperanza
los ojos que aguardan compartir
fulgores o privaciones
del ser
que apenas es,
huir de nada.

5 comentarios:

Turulato dijo...

Un cambio, ha habido un cambio. De poesía no entiendo ni papa, pero lo siento. Al pronto, te has hecho más rica, más madura, más profunda. Y a la vez, más cristalina.

¿Y por qué lo dices?, podrías preguntarme. Pues es muy sencillo; antes, al leerte, me volvía hacia mi mismo y contemplaba ciertas cosas.. Ahora no me aparto de ti; en ti mantengo fija la mirada.

Y creo que algo así le sucede a mucha gente en esta página. Quizá no comenten, porque no se atreven a quebrar cálidos reflejos en un estanque dorado. Pero están, estamos. A tu lado, placiéndonos en tu palabra. En silencio, oyéndote. De modo que ni te ronde, ni te falte, ni te duela.

Aunque..., pensándolo mejor .. Si. Que te ronde cual novio encelado el vivir ruidoso del corazón, susurrándote palabras, mientras va y viene el impulso de tus días.
Que te duelan los sentidos, mientras tejes nidos donde recogernos, sin miedo a componer aquí y allá, cortando donde sobren, poniendo donde falten, regueros de palabras.
Y si te faltan flores colorás, sentirás nuestros besos en tus sueños.

Leodegundia dijo...

El cambio de casa supuso algo más que mostrarnos un nuevo decorado, fue como una explosión que nos permite conocer tu sentir sin recovecos ni sombras, fue como dejar de sentir miedo por mostrar a todo el mundo lo que sientes al escribir y tu inspiración corriera libre como las aguas de un caudaloso río que ya nadie puede parar y así podemos nosotros sentir también lo que te ronda, lo que te duele y lo que te falta.
Un abrazo

almena dijo...

mmm volver la vista hacia dentro para escudriñar sentimientos que rondan, que duelen, que echan a faltar...
Así, pararse y reconocerse... de esta hermosa forma. Que los afanes cotidianos restan tiempo para lo imprescindible.

Un gran abrazo, Marian

Unknown dijo...

Leí hace días este poema. Y desde entonces casi todos los días.

Tiene la profundidad del otoño, sin la amargura de las aguas estancadas. Quiere, vive y añora. La cotidiana pesadez del aire a veces, pero se respira una suave brisa que viene del Norte, que alumbra el corazón con anhelo confiado. Y ya vas consiguiendo que la huela...

Anónimo dijo...

Entre lo que nos falta, nos duele y nos ronda, vamos gastando días.

Precioso

Besos