domingo, 5 de octubre de 2008

Obstinato




Mi ternura es otra,
es mujer que apenas reconozco.
Viene noroeste
como la magia de un cuento,
va de azul ultramar
dando un aire verde que lo arrastra todo
y aunque de paso
siempre
es celosa con la tierra que pisa.

Entra y sale de mi casa
aventando a su antojo,
incendiando mis papeles
y porque es así,
que todo lo vuelve arrumbamiento,
huye de si misma
como los silencios hondos
sacudiéndose inmundicias
de espanto tenaz y sin remedio.

Yo se que es la misma tristeza
lo que esparce como flores marchitas

y está sola
y se defiende
y está sola…
como lo estamos todos.

No oculto que tenemos diferencias
y todo lo que escribo en este blanco
es todo lo otro, solícito alivio,
de mi bellísima otra,
en esta vigilia de lo propio arrebatado.

Y en lugar de servir para algo
y no solo de insomnio este desamparo
debo seguir muriendo, hasta su muerte.
Quizá algo más que eso,
dejarla
dejarla envejecer sin maldad
que entre, sacudiéndose tormentas
que todo lo ponga perdido de ausencia
y se busque cualquier pretexto loco
para evaporarse en la niebla.

Me viene, hay días, una gana
de odiar su bálsamo subjuntivo
su catástrofe tranquila…
de odiarla, sí,
con todo mi afecto.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

...En cambio otros, estoy segura, la llamas y reclamas y, cuando llega, la abrazas en un rugo de que no desaparezca nunca...

Besos

almena dijo...

¡ay! el "yo" y el otro "yo" desconocido a veces incluso para su propietario...

Es un verdadero disfrute leerte, Marian. Y así, sin problemas para llegar y para dejarte un abrazo grande como este que te envío.

Por cierto, si tienes cualquier duda con "blogger" ya sabes, soy usuaria antigua y quizá sepa ayudarte.

:)

Leodegundia dijo...

:-) No puedes odiarla ni siquiera si lo haces con todo tu afecto, pues es precisamente una de las mejores joyas que adornan tu persona.
Preciosa la ilustración, me encantan los dibujos a lápiz.
Un abrazo.

Turulato dijo...

Me gusta, si, me gusta. Y aflora una sonrisa, con ternura, mientras sopla el gallego que a mis años me obliga a subir el cuello del tabardo.

(Gracias a la Virgen del Carmen que todo tiene su compensación; tus imágenes siguen siendo espectaculares, como esos cisnes alzando el vuelo, pero es que el cuadro que encabeza esta página es una maravilla)