Me doy aires de ternura… (Pudiera ser)
¿Y qué hay del sentimiento?¿Acaso debería haberlo?
Reconozco que aquí el cielo casi nunca es azul
y yo alargo los dedos tentando nubes.
No, aquí no hay sentimiento. No sabría
pronunciar tal nombre por miedo
a presagiar la herida. A veces ocurre
que puedes ver en mis palabras formas. Oblicuas
se condensan como el vaho sobre un cristal helado.
Pero cuando el cansancio es grande
buscan el rincón más tibio
en el que apaciguar el dolor en el límite
que marcan las yemas de los dedos.
La ternura es azul probablemente…y yo alargo los brazos,
hacia la música dulzura que conforta. Miro la noche. Imploro
volver al corazón raso… ¿De qué me sirven los ojos?
Aun siendo otro el espacio que alcanza la mano
del espacio que la mano no alcanza, yo alargo los brazos
no sea que por descuido, olvide
abrir de par en par la luna y nada amortigüe el golpe
sordo y rotundo contra los cristales
de ese dulce pájaro
caído.
¿Y qué hay del sentimiento?¿Acaso debería haberlo?
Reconozco que aquí el cielo casi nunca es azul
y yo alargo los dedos tentando nubes.
No, aquí no hay sentimiento. No sabría
pronunciar tal nombre por miedo
a presagiar la herida. A veces ocurre
que puedes ver en mis palabras formas. Oblicuas
se condensan como el vaho sobre un cristal helado.
Pero cuando el cansancio es grande
buscan el rincón más tibio
en el que apaciguar el dolor en el límite
que marcan las yemas de los dedos.
La ternura es azul probablemente…y yo alargo los brazos,
hacia la música dulzura que conforta. Miro la noche. Imploro
volver al corazón raso… ¿De qué me sirven los ojos?
Aun siendo otro el espacio que alcanza la mano
del espacio que la mano no alcanza, yo alargo los brazos
no sea que por descuido, olvide
abrir de par en par la luna y nada amortigüe el golpe
sordo y rotundo contra los cristales
de ese dulce pájaro
caído.