lunes, 13 de septiembre de 2010



"Cuando se sueña en compañía de una vela, uno sueña dos veces"
(Gaston Bachelard)



"Flamma" (2003)
JOSÉ MARCHI SOLÍS



La noche era negra entonces,
nadie le hacía sombra
a la soledad nocturna.

A media luz
todo yace aletargado,
la memoria sueña
azogues de cera consumida.

Zigzaguea la llama
forjando un atavío
de penumbras y esplendores,
el pábilo se retuerce ennegrecido
proyectando una luz esclava en la pared.

A velar se pone el tiempo
en la llama misma.

Efímera lucidez
para eludir el engaño,
basta el soplo macilento
de la buena muerte
y la llama
muere,
durmiéndose.


3 comentarios:

Trini dijo...

Así, como esa llama, se debería morir, llegado el momento de apagarse. Durmientes bajo la buena llama.

Besos

Abedugu dijo...

La luz de una vela aunque deje ver lo que nos rodea, da una sensación de irrealidad por el baile de su llama y sólo la inquietud que produce puede desaparecer cuando esa llama se extingue sumiéndonos en una oscuridad serena.
Un abrazo

Turulato dijo...

Cuando se vive en compañía de una vela, uno interpreta su personaje en el teatro de las sombras