"Danza estelar". Acuarela sobre papel. CELIA BAYONA
Vete, no me aceches mientras mis horas lleguen
encinta de otras horas con luz.
Lo sé. Lo supe siempre,
como sé que en mi osamenta
sordamente habitas,
en mi memoria y debajo de la blusa
la ceniza gris se va esparciendo...
A veces, una súbita fragancia, el cabecear de un lactante
Vete, no me aceches mientras mis horas lleguen
encinta de otras horas con luz.
Lo sé. Lo supe siempre,
como sé que en mi osamenta
sordamente habitas,
en mi memoria y debajo de la blusa
la ceniza gris se va esparciendo...
A veces, una súbita fragancia, el cabecear de un lactante
buscando entre mis senos esa luz perdurable, me extremece
No necesito
predisponer mi boca
a tu sabor.
Saberte es tropezarme conmigo
y aún así dudar
a secas dudar hasta caer rendida,
muerta de vida, intacta.
Dudar hasta quedarme
sin sitio, ni motivos
si tus ojos derraman las aguas donde suelo ahogarme.
Y crece el ansia de que madure ya el aire fino
Y allí, aquí, estoy soñando con mañana.
No he de pedirte
entero tu secreto: si es páramo,
u océano, o senda, o cima, o espejismo umbrío
lo que se ve después.Quiero sentir que alborea el prodigio
para saber si ahí se está despierto.
No necesito
predisponer mi boca
a tu sabor.
Saberte es tropezarme conmigo
y aún así dudar
a secas dudar hasta caer rendida,
muerta de vida, intacta.
Dudar hasta quedarme
sin sitio, ni motivos
si tus ojos derraman las aguas donde suelo ahogarme.
Y crece el ansia de que madure ya el aire fino
Y allí, aquí, estoy soñando con mañana.
No he de pedirte
entero tu secreto: si es páramo,
u océano, o senda, o cima, o espejismo umbrío
lo que se ve después.Quiero sentir que alborea el prodigio
para saber si ahí se está despierto.