viernes, 28 de agosto de 2009


Óleo sobre lienzo de JACOB COLLINS




Nocturno en sol ... de alizarina


Extraño es el deseo de esa luz,
escisión aguda y deslumbrante.
Toda la orilla es un incendio
en sus bordes escuetos
lavándose la sombra.

El silencio del cielo
tiene un ruido de espanto
cobrizo
sajado en dunas
desleídas por una brisa candente.

En cuál de mis acordes
he de empezar la fragua de tu nombre,
canto que apenas comenzado
ciega pronto
destella
aventa el fuego vivo
donde nadie vigila.

Luz que estás
donde las cosas lo parecen.
Limbo en lucidos espejos
rezuma, lenta, un color
protector del suave
prolongado de las aguas.




1 comentario:

Turulato dijo...

Cuando el sol se aleja, la Tierra vibra. Así nos ocurre a nosotros; cuando pasa la vida, vibra el alma.